6 de abril de 2009

La educación y la Propiedad Intelectual... ¿alguna compatibilidad?

Por Ignacio Orellana

Si hablamos de alguna relación existente entre ambas partes, debemos considerar las leyes intelectuales mundiales con la educación. Es que la educación es un derecho que otorga un Estado determinado, que de por si debe ser coherente con lo que el Estado propone en cuanto a principios. Dicho de otra forma, la educación es un motor de enseñanza que permite dar a conocer lo que el Estado ha propuesto en formas de leyes concretas. Ahora bien, la Ley Intelectual (ley que protege el intelecto de cada persona expuesto en arte de diversas manifestaciones) rige para la mayor parte del mundo, por lo cual Chile no esta exento y tiene muchas congruencias con esta ley mundial.


Si nos remontamos en la raíz histórica de esta ley, podemos apreciar diversas formas de como se ponía de manifiesto la propiedad intelectual (no como una ley en rigor). En la Edad Media se aplicaba a diversas cosas (ganado, tierras, esclavos, etc.) y los judíos continuaron dicha práctica en el s. XVIII. Ya hacia el s. XIX en Europa tomaba forma la ley como tal y a partir del s. XX hasta nuestros días tenemos lo que se conoce como la Ley de la Propiedad Intelectual en rigor, desde lo que fue la revolución industrial hasta la actualidad. Ahora, esta ley, como ya todos saben, tiene sus pros y sus contras, ya sea por proteger el derecho de autor y por perjudicar a las personas de escasos recursos. Es lo que sucede en Chile puntualmente, debido a los altos impuestos que rige el arte los precios de los productos escapan del alcance del bolsillo común del chileno en general. Lo original, por ende, siempre será caro.


¿Y la educación qué? Pasa que en la educación, por un principio básico de enseñanza se debe promulgar y culturizar a la gente con estas leyes tan importantes que nos topamos a diario sin saber que existen, además de cuales son las sanciones pertinentes. No obstante es perjudicial para la misma, por la penalización de: la copia de textos, utilización de videos en clases expositivas, musicalización de clases, etc. y los materiales que ocupamos los mismos estudiantes. Un claro ejemplo, los estudiantes universitarios quienes vivimos de textos fotocopiados para que salga más práctico y cómodo el estudio mismo. Ahora, pues bien los profesores serían perjudicados también por reproducir más de algún contenido adicional a la materia señalada por el ministerio de educación y sus programas educativos.


En resumidas cuentas y como opinión personal concluyo lo siguiente. La Ley de Propiedad Intelectual debiese ser mejor estudiada y permitir un acceso más fácil a quienes se ven más perjudicados con el tema, ya que es vital para la educación en general poder tener una riqueza tan importante como lo que puede enseñar un libro, una película o simplemente una buena música. Cabe destacar además que con una “subvención” por parte del gobierno (textos o dinero) no basta para poder continuar la búsqueda del aprendizaje mismo.



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